Los omega 3 y omega 6 son ácidos grasos poliinsaturados y esenciales, esto quiere decir que hemos de incorporrarlos por la dieta porué nuestro organismo no es capaz de sintetizarlo por sí sólo.
Estructuralmente forman parte de las membranas celulares asegurando su estabilidad, son los responsables de mantenerlas fluidas y flexibles. Ambas familias de ácidos grasos son necesarias para el correcto funcionamiento del organismo, y es por ello que es importante que las incorporemos en la dieta en las proporciones adecuadas.
Los distinto tipos de omega 3:
- El ácido alfa-linolénico o ALA : un omega 3 de cadena corta presente principalmente en alimentos de origen vegetal como las semillas de lino, chía y las nueces.
- El EPA Y DHA: Que son los dos ácidos grasos de cadena larga que nos confieren más beneficios para la salud y los encontramos en alimentos provenientes principalmente del mar, en particular los pescados azules como son las sardinas, arenques, caballa, salmón, trucha y atún y en las micro y macroalgas marinas, también se encuentran pero en menor medida en la carne de animales alimentados con pastos.
Los ácidos grasos omega 6:
- El ácido linoleico o LA : el ácido graso esencial que encabeza la serie de los omega-6. La principal fuente de linoleico son los aceites de origen terrestre, como la soja, el maíz, el girasol y el cacahuete. Estos aceites se utilizan de forma muy generalizada en la industria alimentaria, por lo que son muy comunes en productos procesados.
- De esta serie también derivan el GLA y el ARA, que se encuentran en la borraja y la onagra en el primer caso, y en las carnes y embutidos en el caso del ácido araquidónico o ARA
La relación entre los ácidos grasos y la inflamación:
El desequilibrio entre los emega 3 y omega 6 es la que provoca la inflamación y facilita que se originen enfermedades crónicas inflamatorias o se potencien como es el caso de la eenfermedades autoinmunes.
Lamentablemente las dietas modernas occidentales traen consigo un desbalance entre oega 3 y omega 6. Como decimos debemos incrementar el consumo de ácidos grasos omega 3 como el EPA Y DHA, los cuales son precursores de metabolitos antiinflamatorios que nos ayudan a regular la homeostasis celular lo que reducirá las inflamaciones crónicas.
Por lo tanto, si consumimos omega-3 y omega-6 en la proporción adecuada, y seguimos un estilo de vida saludable, podremos tener un buen manejo de los procesos inflamatorios de nuestro cuerpo.
La ingesta excesiva de aliemntos ricos en omega 6 hace que se incrementen las enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, cáncer, enfermedades autoinmunes, asma y depresión entre otras.
Antiguamente se consumía por cada grasa omega 3, una o dos grasas omega 6, la dieta actual moderna consume una proporción omega3/omega 6 de 1:15.
En cambio, las recomendaciones oficiales apuntan a que la relación correcta entre omega-3/omega-6 debería ser de 1:5 o inferior.
Esto podría ser preocupante para las personas que consumen grandes cantidades de producto animales como carne, embutidos y lácteos de producción intensiva y también para aquellas que no coonsumen ningún producto animal pero su alimentación es elevada en productos elaborados con soja y aceites de semillas ricos en ácido linoleico como el de girasol.