Los pasados días 2 y 3 de Noviembre se celebraron las jornadas sobre hábitos de vida conscientes en lo que se trataron temas tales como el autocuidado, la aceptación corporal, el movimiento y la alimentación consciente.
Por mi parte tuve el placer de poder disfrutar de estos maravillosos días en los que pude poner en pié y transmitir cómo entiendo yo lo que es la alimentación consciente.
Hoy en día pasamos gran parte de nuestro tiempo en “piloto automático” haciendo de nuestra vida algo mecánico a lo que no prestamos atención y sin estar presentes, e igual pasa con la alimentación. Para mí la alimentación consciente es una forma de vida que se basa en estar presentes o mostrar atención plena al acto de comer, consiste en observar nuestras emociones mientras comemos, ver si estamos tristes, alegres, enfadados, aburridos…y cómo esto afecta a la forma a la que comemos. Esta alimentación consciente nos permite hacer de la comida un ritual de disfrute y autocuidado así cómo pararnos a observar nuestras señales internas de hambre y saciedad.
En las jornadas hicimos un ejemplo práctico gracias a la colaboración de Cuna de Platero con unas magníficas frambuesas en la que aplicamos la estrategia de “los 5 sentidos” que es fundamental para llevar a cabo una alimentación consciente.
En ella mi compañera Carmen Elena Rojas pudo ver tal como yo le iba narrando como aplicar el primer sentido que es la vista, observar esa frambuesa y ver su color intenso rojo, del mismo modo que su forma, su rugosidad así como su terciopelo que experimentamos por el sentido del tacto. Seguidamente con los ojos cerrados pasaríamos al sentido del olfato. El olfato es el sentido que nos trae los recuerdos a la mente: ¿A Qué me recuerda ese olor de esa frambuesa? Posteriormente pasaríamos a introducir el alimento en la boca y entraría a forma parte el sentido del gusto donde observamos si es ácido, dulce o más bien salado…para dar presencia al sentido del oído con la masticación, último punto que consideramos tan importante en un proceso de digestión y obviamente de presencia en la alimentación.
Hablamos también de algunas estrategias para mejor la alimentación consciente, para ello lo primero que tenemos que hacer es buscar un lugar tranquilo para comer, antes de sentarnos a la mesa debemos de realizar un par de respiraciones diafragmáticas para centrarnos en el momento presente y empezar a utilizar los cinco sentidos, a veces también conviene beber un vaso de agua, es interesante alejarnos de dispositivos móviles o televisión para que no haya ninguna distracción al menos al principio. Si veo que me voy acelerando mientras voy comiendo, suelto los cubiertos, respiro y continúo, aconsejo también no poner ollas en la mesa y distribuir nuestra comida en dos platos para que haya una pausa entre el primero y el segundo y por último no olvidar que la comida debe ser un acto de disfrute y autocuidado donde debo prestar atención a lo que mi cuerpo me va indicando atendiendo a mis señales de hambre y saciedad.